Había encontrado consuelo en Arthur Rimbaud, con quien había tropezado en un quiosco enfrente
de la terminal de autobuses de Filadelfia cuando tenía dieciséis años.
Su altiva mirada se cruzó con la mía desde la tapa de Iluminaciones.
Poseía una inteligencia irreverente que me estimulaba y lo adopté como compañero
e incluso amor secreto. conocerlo me permitía caminar con la cabeza alta y aquello nadie me lo podía quitar. metí un ejemplar en mi maleta de cuadros. escaparíamos juntos.
Yo a Rimbaud lo conocí en una tienda en el Portal de L´Angel en una libreria que lo vendian a veinte duros junto a dos poetas más uno de ellos creo recordar era Rilke.
ResponderEliminarLa papeleria era el antiguo cine Paris, desde entonces siguen siendo amigos mios, lo mejor, no te dejan ( ni yo a ellos)
yo descubrí a Rimbaud en la asignatura de literatura, pero lo conocí de la mano de Patti Smith.. ella me inició en su poética
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